Edipo Rey

Edipo y la esfinge. Gustave Moreau. 1864.

La sentencia final de corifeo de la tragedia de Sófocles puede conducir a múltiples reflexiones. Pólibo ha muerto, Yocasta se ahorcó con su propio cabello, Edipo se ha cegado. Todo conduce a una mirada cargada de negatividad; en la retina la infelicidad como destino particular de los seres humano. Sin embargo, el corifeo no se expresa de tal manera; dice: «De modo que ningún mortal puede considerarse feliz, con la mira puesta en el último día, hasta que llegue al término de su vida sin haber sufrido nada doloroso». Al respecto se pueden establecer varias conjeturas. Llama la atención, por ejemplo, que el tema fundamental sea el sufrimiento en oposición a la felicidad. Para Aristóteles, en la Ética a Nicómaco, es imposible ser virtuoso y feliz a la vez; de modo que cabe ser virtuosos en la vida terrena y felices en otra vida. Yocasta, por su parte, expresa un pensamiento hibrístico cuando le dice a su esposo e hijo: «Lo más seguro es vivir al azar, según cada uno puede». Aunque la frase de Yocasta puede deberse también a la constatación del desamparo que vivimos los mortales. David García Pérez, en su ensayo "La angustia del ser y del deber en la tragedia griega", analiza una contradicción de principios como base de las obras trágicas helenas. Por un lado, el ser; por otro, el deber. ¿Acaso este contrapunto no es puesto de manifiesto una y otra vez en Edipo Rey? Sí, en efecto; sin embargo, la conflictividad interna de la obra de Sófocles no está en esa oposición, sino en el hecho de que hay comportamientos normados por las leyes humanas y otros, por las leyes divinas (como en Antígona). Apolo y las terribles Keres (que en Sófocles se confunden con las Erinias y las Moiras) persiguen al culpable de la muerte de Layo cuando hace tiempo que los tebanos dejaron de preocuparse del asesinato de su rey. A mi parecer, en Edipo no hay correción cuando se ciega justamente por tal motivo, pues dice no querer ver a losque no debía y no conocer a los que deseaba. Añade: «Que el pensamiento quede apartado de las desgracias es grato». Late en estos modos de pensar una de las premisas socráticas fundamentales: "El error se comete por ignorancia"; pero, también, lastimosamente, el de que mejor es desconocer que conocer. La conjunción resultante es entre la desdicha y el saber. Eso desde un punto de vista. Desde otra perspectiva: lo que Edipo hace es reconocer el daño ya causado y su limitación como mortal, de modo que, si no puede revertir lo cometido, prefiere retirarse a un mundo donde no le afecte lo sensible; vista su debilidad, acude al amparo de sus fortalezas, pues su capacidad para resolver enigmas no es solo eso sino la inteligencia filosófica. Bien dice Tiresias: «¡Qué terrible es tener clarividencia cuando no aprovecha al que la tiene».

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